Cualquier división que establezcamos puede ser refutada fácilmente, así pues, debemos intentar buscar fechas señaladas para la humanidad. Es el caso por ejemplo de la división histórica por reinados, que puede llegar a ser inexacta, pues la muerte de un determinado personaje histórico no tiene por qué coincidir con el fin de un movimiento.
Por lo tanto, se debe intentar periodizar sobre la base las cualidades de la literatura.
No debemos olvidar que las etapas de la literatura española no se mantienen distantes las unas con las otras, si no que mantienen puntos de contacto entre ellas. Es por eso que denenominaciones con prefijos como <<pre>> y <<post>> carecen de sentido.
También hay que tener en cuenta a las obras de transición a la hora de clasificarlas, ya que no encajan en un único y determinado periodo. son obras que cabalgan entre la dualidad y que poseen rasgos propios de ambos movimientos.
Por tanto, y como bien propone el autor, hay que llenar de contenido semántico las nomenclaturas hasta hora utilizadas, para que términos tan poco esclarecedores como "rococó" no contribuyan a ennegrecer la ya caliginosa periodización de la literatura.
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