jueves, 11 de septiembre de 2014

La nochebuena de 1836 - Yo y mi criado. Delirio filosófico

El artículo comienza explicándonos lo horribles que son para Larra los días 24 de cada mes, ya que siempre le ocurre algo malo en dicho día. Para que comprendamos mejor sus sentimientos explica lo que le sucedió el día de Nochebuena de 1836. Mientras narra la historia, nos va mezclando una serie de reflexiones sobre cómo se encuentra el país y en concreto la ciudad de Madrid, de la cual hace una sátira.
La historia empieza cuando de forma muy sutil se mofa de su criado dándole limosna. Larra pretende que el criado le diga la verdad, todo lo que piensa y que no sea hipócrita como el resto de la gente, que dicen lo que no piensan. Después se marcha al teatro y a la vuelta, al entrar en casa, se encuentra con su criado borracho. Entonces, el criado, debido a su estado de embriaguez, cuenta a su amo todo lo que piensa de él. Al oír la crítica de su sirviente se siente mal.
En este artículo Larra nos cuenta de un tema concreto y subjetivo, después lo desarrolla. En el desarrollo va mezclando temas generales y filosóficos. Finalmente nos cuenta que le pasó a él con su criado.

Larra critica la sociedad y el entorno en el mismo vive. Se queja de la forma de pensar de la gente y de sus criterios hipócritas. Pero además se critica a él mismo, considerándose igual que el resto. En su autocrítica básicamente dice que es un periodista que escribe lo que no piensa, que se ve coaccionado por la sociedad y que hace creer a los demás algo en lo que ni él mismo creería nunca. El criado representa la figura estereotipo de la sociedad de Larra, un hipócrita, a merced de la sociedad y dominado por esta como una marioneta.

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