El estudiante de Salamanca y El aparecido
El estudiante de Salamanca, de Espronceda, es un poema
narrativo que relata la historia de
Félix Montemar. Este representa el mito del Don Juan y conquista a Elvira para luego dejarla sin
explicación. Tras derrotar al hermano de esta, Diego, en un duelo, Félix sigue
al espectro de una mujer que tienen un velo blanco. Lo lleva hasta el
cementerio y éste contempla su propio entierro. Poco después Félix se verá rodeado
por un coro lleno de espectro y con la novia en el altar. Nuestro protagonista
le quita el velo y se da cuenta que es el esqueleto de Doña Elvira, pero ésta
la besa antes de que Félix pueda escapar, por lo que quedará casado con ella. Félix
se da cuenta de que murió también en ese mismo instante.
Esta obra se
encuentra dentro del cuento del romanticismo español y por ello va a tener unas
características determinadas. La mujer es un tema principal en la obras, en
este caso es Elvira, y con ello la muestra de sentimiento. Relacionado con esto
está la naturaleza que sirve de expresión del interior de los personajes, de
cómo se siente; aparecen cementerios, lugares oscuros, ruinas, etc. El protagonista es un héroe satánico que se
opone a toda ley que limite su libertad, he aquí una característica romántica; la
libertad del individuo por encima de todo.
Hallamos en
la vida un pesimismo, sufrimiento, placer, engaño…y todo ello tiene su
paralelismo con la Iglesia. Por aquella época el gobierno quería devolverle a
la Iglesia poderes como los impuestos del diezma. España se encuentra en una situación
de sumisión pero que resurgirá una España nueva que destronará a esta
tradicional (Don Félix, tras haber llevado a cabo una mala vida, ya por último
no tiene fuerzas para defenderse ante la muerte, y la venganza de Diego). Por
otra parte, la religión nos ofrece un Dios máximo, que está por encima de
nosotros y al que tenemos que obedecer, cosa que no comparten los románticos
que, como ya hemos visto, defiende ante todo la libertad individual. Y en
especial Félix, que hace lo que quiere y cuando quiere sin tener en cuenta las
consecuencias.
El aparecido es otro cuento del romanticismo de
autoría anónima. Fue publicado en 1839. Cuenta la historia de un señor con una
gran casa que un día da un festín religioso. En él, dice unas palabras que
interpretamos como gocemos de la vida mientras vivamos, pues de un día para
otro puede que no estemos en el mundo. Instantes más tarde, muere. Sin embargo,
aparecerá como si estuviera vivo por el pueblo y haciendo cosas que sólo los
vivos pueden hacer. Desde este instante, se extiende por todo el pueblo un
trastorno sobrenatural. He aquí una característica del romanticismo; el hombre
no como producto divino sino como diabólico (característica también del Estudiante de Salamanca).
Vuelve a
haber un desafío a Dios, una atracción de los malos valores y una muerte
violenta que es más propio del Romanticismo no tradicional (este estaba muy
unido a la idea religiosa de que el hombre no es visto como algo paranormal).
Ambos
cuentos tienen en común el elemento fantástico, cosa que supone una excepción dentro
del Romanticismo español.
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